El mundo giraba aceleradamente y estábamos llenos de sonidos. Contábamos con diferentes alternativas que organizaban nuestra rutina. Teníamos muy poco tiempo para pensar y diferentes actividades (compras, viajes, salidas, etc.) llenaban nuestros vacíos. Pero en un instante el reloj del mundo se hizo más lento y pausado, desdibujando las certezas y estructuras que nos enmarcaban.
⇒ Angustiarse en el marco de este contexto es esperable. Los posibles efectos tales como miedo, ansiedad, soledad, irritabilidad, desconfianza, incertidumbre, frustración, desamparo, estrés, etc. son una respuesta previsible y acorde a una situación extraordinaria, nunca vivida. Ante esta sorpresiva pandemia, hemos perdido, momentáneamente, el modo de vincularnos, que teníamos hasta hace unos días, y rápidamente, debimos aprender nuevos modos de relacionarnos, ya que el marco afectivo, conocido y cotidiano que nos contenía, abruptamente se modificó.
UNA OPORTUNIDAD PARA RELACIONARNOS DESDE OTRO LUGAR
¿Qué podemos hacer para sobrellevar y transitar este período de distanciamiento social de la mejor manera posible?
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